Venezolanos en Madrid: Un mar de gente, distintas personalidades

Desde que estoy en esta ciudad, he tenido contacto con muchos venezolanos en distintas ocasiones. Primeramente debo nombrar a esa hermosa familia que me recibió en su hogar durante el primer mes de mi llegada a Madrid, unos espléndidos amigos de quienes simplemente tengo palabras de agradecimiento y cariño, por abrirme las puertas de su casa, guiarme en cada situación y brindarme valiosos consejos, que siempre apreciaré pues vienen de la experiencia y el aprendizaje que transmiten a los demás de manera generosa y desinteresada, ayudando a los “recién llegados” a enfrentarse ante el nuevo reto que han decidido emprender.

Para mi, estas personas son ejemplares ya que, como muchos venezolanos, decidieron lanzarse a una nueva vida en otro país y con mucho esfuerzo y dedicación así lo han venido haciendo. Son un perfecto modelo a seguir que me motiva a que con mucho trabajo, determinación y constancia se puede lograr lo que se quiere. El truco está en no desmayar en el intento.

Hasta ahora, mi experiencia en general con otros venezolanos que me encuentro aquí y allá (porque somos muchos y estamos en todos lados) ha sido bastante positiva. Ese contacto cara a cara ha sido muy interesante y te llena de cierto placer el saber que no estás sola en la capital española, sino que hay muchos como tú que también están enfrentándose a nuevos retos y buscando su lugar en esta sociedad. La mayoría de las personas con las que me he topado que ya tienen un tiempo considerable desde que emigraron son muy amigables, de trato agradable y tienen buena receptividad, incluso tienen una actitud casi paternal/maternal hacia el que todavía está adaptándose a esta nueva vida, a sabiendas de que ellos pasaron por lo mismo y sin que nadie les dijera cómo hacer las cosas de la mejor manera, sino que todo era ensayo y error hasta atinar.

Pero no todo es color de rosa…

Existen algunos venezolanos que también vivieron momentos duros a su llegada a España, que han tenido que hacer todo solos, sin referencias ni colaboración, bien sea por circunstancias de la vida o por decisión propia, pero que por la misma razón de haber pasado por mucho al llegar, no les gusta compartir su experiencia con nadie, porque sienten que es algo muy de ellos y que cada quien debe resolverlo por su lado. Estas personas tratan a los paisanos recién llegados con rechazo, recelo y prejuicio, pues no quieren compartir su fabulosa vida y fórmulas secretas con nadie y tienen la firme convicción que deben distanciarse y alejarse de los nuevos inmigrantes porque éstos vienen con muchas dudas, inquietudes, inseguridades y buscan un referente que les indique la ruta correcta que deben seguir en su andar. A este reducido grupo de personas, que discriminan a sus iguales, les molesta tener que tratar con aquellos que tienen poco tiempo de haber emigrado, porque sencillamente les fastidia tratar con gente desorientada y preguntona, que pueden resultar pesados o quizás convertirse en potencial amenaza o competencia. Sinceramente es increíble que el encontrar cualquier discriminación o descalificación, no sea tanto de parte de españoles, sino de los propios venezolanos.

No se trata de resolverle la vida a nadie, pero tampoco rechazar a otros por tener poco tiempo en suelo español. He sido testigo de comentarios que tratan de justificar esa actitud diciendo: «el recién llegado viene con muchos vicios de Venezuela, todavía no ha abierto su mente y no nos gusta tratar con gente así porque simplemente no han terminado de entender cómo es la mentalidad europea». Es absurdo y ridículo pensar de esa manera, nadie es mejor que nadie sencillamente por millas acumuladas.

Personalmente considero que no hay que ser mezquinos y negarnos a colaborar con lo que podamos cuando una persona necesita ayuda, siempre que esté a nuestro alcance, especialmente cuando se trate de algo tan simple como la información y el consejo, en impartir conocimiento que puede ser de utilidad para aquel que ignora cuáles son los pasos a seguir y de qué manera puede resolver una situación, hacer una diligencia o realizar un trámite.

No toda la información es Top Secret

La experiencia de cada quién es algo muy valioso, pero no es un tesoro que se debe guardar, esconder y proteger del mundo, es más un tema digno de difusión para que llegue a todo aquél que sepa aprovecharlo y compartirlo. Es lamentable que existan congéneres que conocen perfectamente el sentimiento de un recién llegado y prefieren evitarles, sintiéndose por encima de ellos. Sin embargo, no hay que dejar que las malas acciones de unos pocos empañen la buena voluntad de muchos.

Zozobra, desasosiego, soledad, desinformación, miedo, agobio… Son muchas las sensaciones que conmueven y turban el corazón y la mente de los que hemos decidido insertarnos en un entorno desconocido. Estos sentimientos nos acompañan cuando vamos por la senda de lo desconocido, y encontrar individuos en el andar que te indiquen la dirección correcta es una luz brillante en el camino. No seamos nunca esegrupito que reniega a su propia gente, sus raíces y orígenes; seamos propagadores de nuestra identidad, amistad, calidez y solidaridad, tan estimada por propios y ajenos, una tradición de saber ser gente heredada de nuestra hermosa Venezuela, que tanto nos ha dado y tanto le han quitado, pero que nos parió, nos vio crecer y nos vio marchar… Llevemos su nombre en alto, porque somos espejos de nuestra cultura.

El mundo es muy grande y da muchas vueltas, no sabemos dónde vamos a parar el día de mañana y es por eso que siempre debemos tratar de ser mejores personas, quitarnos los prejuicios, romper paradigmas, ayudar de la mejor manera que podamos a ser una mejor sociedad, abrirnos camino ante la vida con pisada firme, pero sobre todo ser conscientes de que nuestras huellas también cuentan una historia que servirá de guía para los que vendrán.

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